Como dar “malas noticias” en Logopedia.
“La verdadera explicación sencillamente no se puede explicar”.
Julio Cortázar
Es una práctica frecuente en nuestro sector, informar, orientar y acompañar a las familias de personas que han padecido un trastorno del habla, del lenguaje, sobre el estado actual, pronóstico y evolución de su familiar afectado.
Por definición, dar una mala noticia, no es agradable para nadie. Ningún profesional, quiere quitar la esperanza de su paciente, por ello es importante como terapeutas del lenguaje, desarrollar la competencia de la habilidad de comunicación.
Motivos para informar
- La ley general de Sanidad y carta de derechos del paciente, donde se reconoce el derecho a ser informado. (BOE, 102.29 abril 1986)
- Una familia no informada tendrá dificultades a la hora de tomar decisiones, mirar por el bienestar general de su familiar.
- El motivo más importante, es el acompañamiento, vivir la situación en una forma más significativa, para que el familiar no tenga sensación de soledad.
- El grupo familiar (padres y madres, parejas, hijos…) pasan por diferentes fases, luego del primer impacto, al que nadie está preparado. Sus miedos, inseguridades, están a flor de piel. Por otra parte, la familia conforma un soporte y contención emocional y por ello, se les debe dar un papel protagónico. Si acompañamos a los familiares, con la información, estamos ayudando a la persona que presenta un trastorno logopédico.
Cuando hablamos de malas noticias, tenemos que hacer hincapié en el entorno, habilidades y estrategias.
Importancia del entorno: ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con quién? ¿Cuánto tiempo?
-Preparar el entorno: día y hora, familiares que estarán presentes, personalizar la información, etc.
-Buscar un espacio físico adecuado, confortable. Evitar pasillos, espacios de tránsito, habitaciones compartidas por otros pacientes.
-Se debe prevenir las posibles interrupciones, como por ejemplos: visitas inesperadas, llamadas telefónicas, urgencias.
-Respetar la voluntad del paciente, en el caso de que no quiera recibir información sobre su estado de salud.
-Evitar dar una información por teléfono, por la sencilla razón de que no podemos prever y contener la respuesta emocional del familiar.
-En el caso de tener que dar la información al paciente, evitar que esté solo, en todo caso, esperar a un familiar o persona de máxima confianza.
-No dar información en horas nocturnas.
-Tener presente las características del paciente y su familia. Por ejemplo: edad, idioma que utiliza habitualmente, estado de conocimiento de la gravedad de la situación, etc.
-Previamente, el logopeda deberá revisar el expediente del paciente, su historia clínica, hospitalización, anamnesia logopédica, etc. Si existiera algún elemento no especificado, debe consultar a otros especialistas o médicos responsables. En muchas ocasiones, una segunda opinión, aclara dudas, ofrecer nuevas posibilidades de intervención.
-El logopeda que tiene que dar la noticia del pronóstico o evolución, debe ofrecer calidad en su tiempo. Un déficit en la información puede generar altos niveles de ansiedad, incomprensión, inestabilidad, enfrentamientos, distorsión de la realidad.
Importancia de habilidades y estrategias: ¿Qué comunicar? ¿Cómo hacerlo?
-Planificar y trazar previamente un esquema antes de dar la noticia, para que no sea abrupta, ni telegráfica.
-Adecuar nuestro lenguaje verbal (aquello que estamos comunicando) con nuestro paralenguaje (tono, gestos, señales que usamos).
-Utilizar frases cortas. Evitar insinuaciones, silencios extremadamente prolongados.
-Importante utilizar un lenguaje neutro.
-Hacer pausas reflexivas.
-Demostrar paciencia, interés por lo que se está hablando.
-Evitar lenguaje profesional, tecnicismos.
-Las reacciones más frecuentes de los familiares al comunicárseles un diagnóstico o pronóstico son: ansiedad, miedo, tristeza, negación, etc. Respetar cada reacción y dar tiempo para acomodarse a la nueva situación.
-Asegurar la bidireccionalidad de lo que comunicamos. Recoger las preguntas, inquietudes, dudas, hacer esclarecimientos.
-Reforzar los recursos del paciente, su potencial, sin fantasear, ni crear falsas expectativas de aquello que se está hablando.
-Muchas veces, los silencios informan. Acompañar con silencios empáticos, cuando los familiares lloran, se irritan, puede ser una habilidad terapéutica.
-Escucha activa: debemos escuchar y respetar si hay silencios, dejar que los familiares se expresen, sin interrumpirlos.
-Empatía: Mirar de ser solidario y legitimizar la situación que se está pasando. Un logopeda empático, es capaz de reconocer las respuestas emocionales de la familia, identificarlas y abordarlas.
-La asertividad es otra de las habilidades que nos permiten transmitir seguridad y que las opiniones están fundamentadas.
-Informar situaciones inesperadas: ante acontecimientos súbitos, es recomendable utilizar la técnica narrativa, es decir describir lo sucedido desde su inicio, medidas o acciones realizadas, intervenciones logopédicas, desenlace de la situación inesperada.
-Antes de cerrar la entrevista, es fundamental, realizar un breve resumen, para asegurarnos de que los familiares han comprendido los puntos tratados en la comunicación y formular un plan de trabajo, en donde se incluyan futuras reuniones de seguimiento.
Bibliografía
- Xavier Guix, Ni me explico, ni me entiendes. Los laberintos de la comunicación. Ed. Granica, Barcelona. 2006.
- Marcos Gómez Sancho, Como dar malas noticia en medicina. 3ªedición. Ed. Arán, Madrid, 2006.
- Juan José Rodríguez Salvador. La comunicación de las malas noticias.
- Fernando A. Prieto y otros. Comunicación de las malas noticias. Rev. Psiquiatría Fac Med Ba,a 2001; 28 (6): 350-356
- M. Ayarra, S. Lizarraga. Malas noticias y apoyo emocional. http://www.cfnavarra.es/saldu/anuales/textos/vol24/suple2/suple7a.html.
Autoria: Daniel Rodríguez Boggia (Logopeda y Psicopedagogo)
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