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educação diferente

EDUCAÇÃO, SOCIEDADE E DEFICIÊNCIA

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Hidroterapia: la fuerza curativa en el agua

El agua representa para el ser vivo en general uno de los elementos esenciales para su supervivencia. Al hombre, entre otras utilidades, ese líquido también le reporta beneficios inestimables cuando es usado en terapias de diversos tipos.
Hay documentos que demuestran el conocimiento y la utilización de la hidroterapia ya por los antiguos pueblos chinos, pero su utilización propiamente dicha solamente se difundió a partir del siglo XIX, cuando el pastor protestante Sebastián Kneipp la sistematizo.
La hidroterapia es el proceso terapéutico que consiste en el tratamiento de todo el cuerpo o de algunas de sus partes con agua a temperaturas variadas. Puede contribuir a la curación de las enfermedades más diversas, prácticamente todas, a través de la presión ejercida sobre el cuerpo, de los baños simples o con la adición de determinados productos, del efecto de propulsión de arriba hacia abajo y de acciones localizadas. Y ello porque actúan sobre el metabolismo, el sistema nervioso y la circulación sanguínea.

Desde la antigüedad
Aunque las técnicas hidroterapéuticas fueron utilizadas en la antigüedad - Hipócrates (460 a 337 a.C.), por ejemplo, menciona algunas de ellas -, fueron abandonadas durante mucho tiempo y sólo volvieron a cobrar cierta importancia en el siglo XVIII, gracias a los trabajos de los doctores Sigmund Hahn (1664 1742) y su hijo Johann Sigmund Hahn (1696-1773). A partir de esos trabajos, Vinceriz Priessnitz (1799-1851) creó la terapia por el agua fría asociándola a aplicaciones sudoríficas y una dieta alimentaria grosera mixta. Pero quien realmente renovó la hidroterapia moderna fue el pastor protestante Sebastián Kneipp (1821 -1897), cuyo postulado básico era que las enfermedades aparecen en el hombre cuando su fuerza natural es minada por una alimentación inadecuada y un modo de vida antinatural. Sus métodos, conocidos aún hoy como la "cura de Kneipp", incluían no sólo baños completos y parciales de agua fría y caliente, sino también chorros de agua, ejercicios físicos, el uso de hierbas medicinales y una dieta saludable.

¿Cómo funciona?
Las aplicaciones de hidroterapia se pueden dividir por la intensidad del estímulo aplicado al cuerpo, en estímulos suaves, de intensidad media y de gran intensidad.

Estímulos suaves
Lavados, fricciones, baños de pies y brazos a temperaturas ascendentes, baños de contraste, chorros fríos sobre una sola articulación y envolturas segmentarias.

Estímulos de intensidad media
Baños de asiento o de medio cuerpo de temperatura fría, ascendente, calientes o de contraste, baños de vapor, sauna y envolturas de cuerpo entero con una duración media.

Estímulos de gran intensidad
Baño hipertérmico, baño de vapor, baño intestinal, envolturas húmedas de todo el cuerpo de larga duración y chorros de presión fríos o muy calientes. (Compilación JN)

La reacción del cuerpo
La hidroterapia, a nivel general, y dependiendo del tipo de aplicación, va a producir con aplicaciones frías o muy calientes de corta duración, una acción estimulante y refrescante. Con baños tibios o de temperatura indiferente producen un efecto sedante y favorecedor del sueño, con baños muy calientes de larga duración crean una sensación de intranquilidad e insomnio, sobre todo si se aplican por la noche.
En este proceso, las reacciones de nuestro organismo a las aplicaciones hidroterápicas a distintas temperaturas se dan a nivel vascular, cardiocirculatorio, respiratorio, muscular y nervioso.

A nivel vascular
Se pueden presentar distintas fases dependiendo de la temperatura que se use en el tratamiento.
Así, si se usa agua en temperaturas de 0 a 18 grados centígrados puede presentar palidez, piloerección (carne de gallina), sensación de frío, lo que va a producir dolor. En la segunda fase: hiperemia (enrojecimiento cutáneo), sensación de calor y bienestar.
Con una temperatura de 36-38º la persona sentirá una sensación de calor, hiperemia y bienestar general.
A temperaturas mayores a los 39 grados centígrados se puede sentir una sensación de presión y dolor y un calor que irá disminuyendo hasta una agradable sensación de bienestar.

Mejoran la circulación
El agua fría va a disminuir la actividad cardiaca, la frecuencia y aumentar la presión arterial, produciendo una vasoconstricción. El agua caliente va a producir un aumento de la frecuencia cardiaca y una disminución de la presión arterial a causa de una vasodilatación.

Beneficios respiratorios
Las aplicaciones repentinas frías o calientes producen una profunda y duradera inspiración. Las aplicaciones de agua fría de larga duración producen una respiración profunda y rápida. Las aplicaciones de agua caliente de larga duración van a producir respiraciones profundas pero más superficiales.
En patología respiratoria lo que más ayuda a la reeducación de la respiración, una de las fases primeras de cualquier tratamiento respiratorio, se consigue con baños completos que van a facilitar los movimientos espiratorios y dificultar los inspiratorios.

En la piel
A nivel hematológico las aplicaciones de agua fría incrementan los glóbulos rojos, la viscosidad y la concentración de la sangre y las aplicaciones de agua caliente bajan el nivel de hemoglobina y los leucocitos.

Músculos, huesos y nervios
En el sistema músculo esquelético, las aplicaciones de agua fría producen hipertonía muscular y aumenta la excitabilidad de los nervios mejorando la capacidad de trabajo muscular. Los baños de agua caliente de larga duración producen hipotonía muscular y disminución de la excitabilidad muscular lo que se traduce por relajación de la musculatura. Los baños fríos o calientes disminuyen la percepción del dolor.
Sobre el sistema nervioso, asimismo, las aplicaciones de agua fría actúan sobre el sistema nervioso simpático. Las aplicaciones de agua caliente sobre sistema nervioso parasimpático y las aplicaciones de agua muy caliente actúan sobre los dos.

Mejora procesos internos
A nivel de funcionamiento orgánico en vísceras u otros órganos, las aplicaciones de agua caliente incrementan la motilidad intestinal y la función estomacal, estimulando la secreción biliar, mejorando la función renal y, con ello, aumenta la diuresis. Las aplicaciones de agua fría disminuyen la motilidad intestinal y del tracto digestivo y estimulan la secreción biliar como las calientes. En aplicaciones de corta duración (baños pies, de asiento y de medio cuerpo) estimulan el vaciado de la vejiga urinaria.
Las aplicaciones externas de calor relajan las fibras musculares, disminuyendo los cólicos y el estreñimiento. Las aplicaciones frías, tanto internas como externas, están indicadas en caso de intestino perezoso, atonía o flacidez del útero con fuertes hemorragias, atonía vascular, etc...

Contraindicaciones
* Pese a ser un tratamiento natural la hidroterapia puede tener contraindicaciones en casos como:
* Patología cardiaca, vascular periférica y respiratorios severos que el médico indique que no deben aplicarse tratamientos hidroterápicos hasta su estabilización.
* Pacientes que puedan propagar algún tipo de infección debido a la patología que sufren, en este caso podría aplicarse hidroterapia en tanques individuales siempre que lo indique el médico.
* Enfermedades agudas con fiebre.
* Estados de debilidad extrema.
* Enfermos terminales.
* Incontinencia de esfínteres.
* Enfermedades de la piel en el caso de aguas sulfatadas.
* Se debe tener cuidado con personas obesas, embarazadas, hipotensas o que tengan algún impedimento para los tratamientos hidroterápicos.

Manuel Castro M. (Equador)